Contra las diablillas no se puede

Lo hemos intentado, pero ná, es imposible. Hagas lo que hagas siempre pueden dar la vuelta a tus argumentos. Y cada día demuestran que el oído selectivo es algo completamente normal.

En estos días, como se acerca el cumpleaños de la diablilla mayor, nos hemos acercado con ella a comprarla algún regalo. Y la diablilla menor, emocionada. Pero no por el cumpleaños de su hermana, si no porque ha vislumbrado la posibilidad de aumentar el número de integrantes de su familia… ficticia: algún bebé más a la saca. Así que, estamos en la tienda mirando juguetes para la mayor, y la peque:

– Quiero un bebé.

– Vale, cariño, pues mira el que quieras y para tu cumpleaños te lo compramos.

– No, lo quiero para ahora.

– Ya, cariño, pero ahora es el cumple de la tata. Estamos mirando para ella.

– Pues lo quiero para el cumple de la tata.

– Brujilla, pero en el cumple de la tata es ella la que tiene regalos, no tú.

– No, porque en mi cumpleaños ella también tuvo, así que ahora yo quiero uno.

Menos mal que se conforma (o la hacemos conformarse, dependiendo del caso) con cualquier chorradilla.

Ya por la noche, en casa, en la cena, la diablilla mayor había casi terminado de cenar. La preguntamos si va a beber algo más, y como no dice nada, la apartamos el vaso con la bebida. Pasado un rato, cuando su hermana pide más leche:

– Yo también quiero leche.

– Pero si tenías en el vaso. Te hemos preguntado y como no nos has dicho nada, te la hemos quitado.

– Con vosotros no hay quien se aclare: primero, que no hable con la boca llena, luego, que tengo que contestar. Es que no hay quien os entienda.

Tengo que mirar en la wikipedia a ver si es normal empezar con la adolescencia a los 5 años.