Conversaciones con las peques

Ayer, viendo la tele en algún anuncio de esos que ahora (bueno, siempre, pero ahora más destinados a los peques) invaden las televisiones dijeron algo de «lo más preciado». Nuestra diablilla menor nos preguntó qué quería decir esa frase.

– «Lo más preciado» quiere decir lo que más quieres. Por ejemplo, para mí, lo más preciado sois vosotras.

– Ah… para mí también sois vosotros… Bueno, y el jamón y el chocolate.

– Gracias hija.

Por lo menos nos puso en primera posición.

Y ahora, hablando con la diablilla mayor de sus compis en clase, comentó algo de alguno de ellos:

– ¿Y por qué dijo eso?

– Pues no sé, pero es que la mitad de las veces no entiendo a los chicos.

Bueno, eso que tienes ganado, hija. Nosotros, el 100% de las ocasiones no entendemos a las mujeres 😉

Conversaciones

Como comenté en el anterior diabliccionario, cada vez se dan menos «palabros» de esos inventados, pero por el contrario, estamos ganando en conversaciones… surrealistas.

– Papi, ¿está repasando? – me pregunta la diablilla menor, así, sin más preparación. Hay que aclarar que la diablilla mayor tenía exámenes.

– No, no creo. (es complicada -por utilizar una palabra suave- la relación diablilla vs. deberes)

– Entonces qué hace.

– Pues no sé, mira tú qué está haciendo, que yo ahora no puedo. (Yo estaba preparando la comida, con cosas al fuego)

– Es que no puedo.

– ¿Por qué no puedes, dónde está?

– Pues si no lo sabes tú…

Aquí, esta respuesta me extrañó, porque siempre suele saber cada una dónde está la otra. Bien para chincharse, bien para evitarse (lamentablemente, más lo primero, como buenas hermanas)

– ¿Pero cómo lo voy a saber, si estoy aquí cocinando?

– Pues por eso, tú sabrás si está repasando o no, ¿no?

– Pues no, porque no he salido de aquí, aunque suele repasar en la cocina, así que si no está aquí, no creo que esté repasando.

– Pos claro que en la cocina, dónde va a repasar el arroz si no!!!

– No, cariño… el arroz REPOSA, no REPASA 😉

Conversaciones

Sí, he vuelto. Pero creo que en algún lugar del camino se me olvidó recargar las pilas. Suerte que siempre hay personas por ahí dispuestas a sacarte de ese pozo sin fondo que es la vuelta tras las vacaciones.

Diálogo entre una recepcionista y una clienta. (sí, era un centro médico, pero gracias a las privatizaciones, ahora hemos pasado de ser pacientes a ser clientes. Gracias)

…

Recepcionista: – El horario es de las 8 de la mañana a las 18 de la tarde

(gracias por aclarar que las 18:00 son de la tarde, si no igual me presento a las 18:00 AM. En flin)

Clienta: – Pues no sé, me viene bien a cualquier hora, cuando haya libre.

R: – Ese día hay huecos durante casi todo el día, así que cuando le venga mejor.

C: – De verdad que me da lo mismo, a la hora que sea.

R: – Vale, pues a primera hora, para hacerlo pronto y tener el resto del día libre.

C: – Uy no, a primera no, que es muy pronto.

R: – Vale, pues… ¿sobre las 11:30 le parece bien? Tenemos un hueco justo a esa hora.

C: – No, es que me parte toda la mañana. Casi mejor por la tarde.

R: – ¿Y cuando lo prefiere? ¿Pronto o a última hora?

C: – Me da lo mismo, me vienen bien todas las horas.

R: – Vale, entonces… ¿a las 15:30 le viene bien?

C: – No, no, no, no. A las 15:30 no puedo. Mejor a las 16:00.

 

Y esto, queridos amigos, demuestra una vez más que cuando alguien te dice que ante una elección que les afecta puedes escoger lo que tú quieras, es mentira.

Pequeñeces

Ayer, después de muchos meses, por fin pude ir al peletero (a cortar el pelo). La diablilla menor, cuando me vio:

– Papi, ¿por qué te has quedado calvo?

– No, cariño, he ido a la peluquería a que me corten el pelo.

– Papi, ¿por qué te han dejado calvo?

– Que no, que sólo me han cortado el pelo.

– Papi… ¿por qué te han cortado el pelo y te han dejado calvo?

– ¿No te gusta?

– Puaj!

Y esto, queridos lectores, es lo que se llama amor de hija.

conversaciones infantiles

Una de esas conversaciones entre las diablillas que se sabe por dónde empiezan pero no por dónde acaban.

(sale en la tele una noticia sobre medusas: la inesperada e inusual invasión de todos los años)

Diablilla Mayor – ¿Las medusas esas nos pueden hacer daño?

diablilla menor – Si nos hacen daño, las pego una pattada (sí, con dos «t»)

DM – Pero no se las puede pegar, porque además te pueden hacer mucho daño, que las medusas son muy peligrosas, pero a nosotras no nos pueden hacer nada, ¿no?

YO – Hombre, si las tocas sí que te pueden picar, pero no te preocupes, que donde vamos no va a haber, y de todas formas, yo vigilo para que no se acerquen.

dm – Si se acercan, las pego un puñettazso (sí, otra vez con dos «t» y «zs»)

DM – pues no las puedes pegar, porque son muy blandas, además están metidas detrás de un cristal para que no nos hagan nada, como las de Faunia, un cristal muy gordo, para que no nos puedan picar, y para que a ellas no las podamos hacer nada nosotros, que por eso el cristal es tan gordo, para que no las pase nada… como a los dinosaurios

dm – ¿los dinosaurios pican?

DM – No, para que no les pase lo mismo que a los dinosaurios

dm – ¿los de faunia?

DM – No, esos son de mentira, los dinosaurios de verdad se ext… extin… extinguieron hace muchos años, cuando cayó un meteorito y les extinguió, y no quedó ninguno, sólo quedan los huesos, están todos extinguidos. El meteorito más grande que ha caído en la tierra. No ha habido otro más grande. Y eso les extinguió a todos.

dm – El meteorito les exton… eshtin… insting… ¿Les hizo daño?

DM – Claro, les hizo daño y les mató. Pero se dice extinguió.