Un rayo de esperanza

Ahora que estamos en plena campaña electoral (que por cierto, es la más surrealista que he visto en unos cuantos años: por un lado unos nos quieren convencer de que pueden arreglar todo lo que no han enmendado o directamente han descojonado en estos últimos años, y por el lado de los otros, prefieren no decir nada, que cada vez que hablan sube el pan y pierden votos); la crisis cada día que pasa pega más fuerte y más cerca; «the winter is coming»; estamos en un pozo del que va a costarnos mucho salir, más que nada porque todavía no hemos llegado a lo más profundo; falta muy poco (en mi opinión) para que empiecen a pasar «cosas graves» por la situación de la gente;…

Vamos, que estamos jodidos por todos los lados. Pero ayer, llámenme utópico, iluso,… (o directamente gilipollas) vi algo que me hizo pensar un poco (tampoco vamos a excedernos mucho, que era domingo, y hay que descansar).

Vale que la imagen no es muy clara, pero es que el modo panorámica de mi (antediluviano) móvil no es lo mejor del mundo, pero no había forma de sacarlo entero en una sóla foto. En esta otra, aunque no entero, se ve mejor. Y se puede apreciar lo bien que combinan las nubes que traen lluvia con la capa de contaminación de Madrid al fondo.

Aunque luego, después de este breve espacio en el que dejas la imaginación volar y piensas que esto puede cambiar a mejor, te encuentras con las noticias del día y se te cae el alma a los pies. Pero por lo menos, durante unos minutos, la situación no parecía tan mala.