El nombre del viento

Una nueva entrada en esta categoría. Y esta merece la pena.

No por lo que yo escriba, si no por el libro del que trata.

La historia de esta novela está ambientada en un mundo de fantasía, al estilo de los libros de JRR Tolkien o similares, pero con menos «fantasía». Es decir, que no hay multitud de monstruos, magia por todos lados,… si no que podría considerarse, en muchos aspectos, una novela histórica sin una localización determinada. No quiero con esto espantar a algunos posibles lectores al leer lo de  «histórica», simplemente me refería a que todo sucede en un mundo inventado, ambientado en una época que podría considerarse medieval, pero que no debemos hacer un gran esfuerzo mental para imaginarnos razas de seres extrañas (elfos, gnomos, orcos, trolls,…) ya que sólo existen humanos… bueno, y alguna que otra cosa, pero mejor no cuento nada.

En el libro se cuenta la historia de Kvothe («cuouz» para los que le quieran llamar 😉 ) o mejor dicho, él nos cuenta su historia. En ella hay de todo (y cuando digo de todo, me refiero a «de todo»), ya que el protagonista ha conseguido ser un personaje célebre. Empieza con su infancia, con su familia, formando parte de una troupe de actores que recorría los pueblos de La Mancomunidad (zona de el mundo creado por el escritor), sigue con sus peripecias de adolescente, su ingreso en la Universidad,… Para muestra, este texto:

Los nombres son importantes porque dicen mucho sobre la persona. He tenido más nombres de los que nadie merece.
Los Adem me llaman Maedre. Que, según cómo se pronuncie, puede significar la Llama, el Trueno o el Árbol Partido.
La Llama es obvio para todo el que me haya visto. Tengo el pelo de color rojo intenso. Si hubiera nacido hace un par de siglos, seguramente me habrían quemado por demonio. Lo llevo corto, pero aun así me cuesta dominarlo. Si lo dejo a su antojo, se me pone de punta y parece que me hayan prendido fuego.
El Trueno lo atribuyo a mi potente voz de barítono y a la instrucción teatral que recibí a temprana edad.
El Árbol Partido nunca lo he considerado muy importante. Aunque pensándolo bien, supongo que podríamos considerarlo al menos parcialmente profético.
Mi primer mentor me llamaba E’lir porque yo era listo y lo sabía. Mi primera amante me llamaba Dulator porque le gustaba cómo sonaba. También me han llamado Shadicar, Dedo de Luz y Seis Cuerdas. Me han llamado Kvothe el Sin Sangre, Kvothe el Arcano y Kvothe el Asesino de Reyes. Todos esos nombres me los he ganado. Los he comprado y he pagado por ellos.
Pero crecí siendo Kvothe. Una vez mi padre me dijo que significaba «saber».
Me han llamado de muchas otras maneras, por supuesto. La mayoría eran nombres burdos, aunque muy pocos eran inmerecidos.
He robado princesas a reyes agónicos. Incendié la ciudad de Trebon. He pasado la noche con Felurian y he despertado vivo y cuerdo. Me expulsaron de la Universidad a una edad a la que a la mayoría todavía no los dejan entrar. He recorrido de noche caminos de los que otros no se atreven a hablar ni siquiera de día. He hablado con dioses, he amado a mujeres y he escrito canciones que hacen llorar a los bardos.
Quizá hayas oído hablar de mí.

Vamos, que se nos cuenta toda su vida… o al menos la primera de las tres partes en las que decide dividir la narración, ya que este libro es el primero de una trilogía*. Y es de un tamaño considerable, pero en ningún momento se hace pesado (sobre todo en formato ebook, jeje) ni largo ni nada por el estilo. Es una lectura muy amena, y te encuentras devorando páginas sin darte cuenta. Tiene detalles que me han gustado, como por ejemplo, que aunque se encuentra en un mundo de fantasía, no recurre al «porque sí» para explicar algunas cosas (en la Universidad, cuando tratan con reacciones químicas son eso, reacciones químicas, no magia. Obviamente sí que hay ciertas dosis de «arcanismo», o ciencias ocultas, pero están muy bien tratadas), o cuando nombra plantas (en especial para describir a una mujer… LA mujer) son los nombres que todos conocemos (margaritas, rosas, violetas,…) ya que si se hubiese inventado nuevas variedades, no podríamos haber apreciado la descripción. Como digo, son estos detalles los que me han llamado la atención y han hecho que, por lo menos para mí, sea un libro redondo.

Por cierto, de las personas que lo han leído, no conozco a nadie que no le haya gustado mucho.

Título: El Nombre del Viento. (Trilogía de las “Crónica del Asesino de Reyes: Primer día”, Libro I)

Autor: Patrick Rothfuss

Temas: Fantasía

Puntuación: 

(y estoy por darle alguna más, que 5 no sé si se quedan cortas)

Nota * : generalmente suelo esperar a leer toda una saga hasta comentarla, pero como el tercero no ha sido escrito todavía, me he lanzado a escribir ésto, para conseguir todos los seguidores posibles que animen a Patrick a escribir el tercero… ¡¡¡no nos puede dejar así!!!

El Gremio de los Magos

Aquí estamos de nuevo. A la espera de que el bueno de George (Martin, no Clooney) publique la 6ª estrofa de su Canción de Hielo y Fuego, me entretengo buscando más historias de mundos de fantasía (más que nada para escapar de la cruda realidad, aunque luego no es tanto escape, pero esa es otra cuestión). Y así, he llegado a la ciudad de Imardin, en la que sucede la historia de esta novela.

Sonea es una joven de clase baja que, en un acto conocido como «la Purga», se da cuenta de que posee un enorme secreto, algo que desde las clases altas  de la ciudad y el reino de Kyralia quieren tener bien amarrado. Así que, para proteger su vida le toca convertirse en una fugitiva. Pero, a pesar de toda la ayuda que recibe, vivir continuamente perseguido es muy cansado, peligroso y de final incierto.

Y no sigo porque si no voy a contarla entera. Y no es plan. Que seguro que ya hay otras páginas por ahí que se dedican a descuartizarla sin perdón.

Como he comentado al principio y a su vez como se puede entresacar tras una profunda investigación del título, la historia transcurre en un mundo inventado, en países que no existen, en un mundo fantástico en el que existe la magia. Sí, es sorprendente, lo sé, pero la magia es el eje central de esta historia. Aunque no es magia al estilo superhéroe o similar, si no que es más como un don que cuesta controlar, que requiere estudio y que es necesario utilizar en su justa medida. Por eso los Magos se han organizado y tienen  hasta una Universidad, en la que enseñan a los jóvenes que poseen estos poderes mágicos a «orientarlos».

La historia es una trilogía… de 4 libros. Sea lo que sea eso. Lo explico: En un principio la historia se crea como trilogía, pero ante el éxito, se añadió un nuevo volúmen, una «precuela», como se lleva mucho ahora en el cine.

Y ahora el comentario del libro.

El longitud de la novela está bien, ni muy corta ni muy larga. La historia se sigue sin problemas, y en contraposición de otros títulos de fantasía, no necesitamos una chuleta con los nombres apuntados para saber quién es hijo de quién, o los enemigos de alguien en concreto. Está destinado (por lo que me ha parecido al leerlo) a un público juvenil, más o menos el mismo que los Juegos del Hambre, y se parece también en que la protagonista es una joven. La forma de narrar los hechos hace que te metas fácilmente en la historia, y te puedas indentificar con el personaje, a la vez que la recreación de la ciudad está conseguida, con detalles de ropas, viviendas y demás que denotan que la escritora ha hecho sus deberes.

Al contrario que en otras ocasiones, he creado la entrada de este libro sin haberme leído toda la serie, así que no sé si en los siguientes la calidad se mantiene o qué. (aunque supongo, como suele ser habitual, que el segundo bajará el nivel y el tercero subirá algo).

Título: El Gremio de los Magos. (Trilogía de las «Crónicas del mago negro», Libro I)

Autor: Trudi Canavan

Temas: Fantasía

Puntuación: 

 

Destejiendo el arco iris

Después de tanta novela, me gusta intercalar algo de estilo divulgativo / científico, y como ya me había leído «El gen egoísta» del mismo autor y me gustó la forma que tiene de contar las cosas, me lancé a por este. Aunque el que tengo yo tiene otra portada diferente.

En este libro, Richard Dawkins intenta defender a la ciencia de los ataques de aquellos que la acusan de destrozar la belleza natural de las cosas explicando los detalles. De hecho, el título viene del ataque del poeta John Keats a Sir Isaac Newton por haber echado a perder la belleza del arco iris al descomponerlo en los colores en los que se disgrega la luz al pasar por un prisma (en este caso, las gotas de lluvia).

Así, Dawkins recorre los escenarios típicos de ataque a la ciencia, y los «enfrenta» con la realidad. Entre los destinatarios de sus críticas están, entre otros, los astrólogos, a los que hace ver que es más «bella» la astronomía que su pseudociencia. O los creacionistas, a los que muestra que es más acongojante pensar en los pasos que ha dado la naturaleza para pasar de las bacterias y primeros seres hasta la extensa variedad de formas de vida que pueblan hoy (y han llenado de vida)  nuestro planeta.

En su paseo llega hasta el lenguaje, la realidad virtual, los memes (que puso de moda en una obra anterior), demostrando que negar la ciencia en nuestras vidas es un error, y que dejarse llevar por sucesos paranormales, coincidencias sobrenaturales, especulaciones milagrosas,… es un fallo que debemos evitar, y es, como lo denomina él «poesía científica mala».

El autor propone multitud de reflexiones, que con su tono irónico pero rigurosamente científico (en algún momento me ha parecido que «iba un pelín sobrado») nos hacen recapacitar, que creo que es lo ideal para una obra de estas características. Aquí voy a poner, a modo de ejemplo, dos párrafos que me llamaron la atención. Uno, por mi manía de intentar hablar bien, y el otro por un tema que ya he tratado aquí con anterioridad.

Hoy en día, tenemos la palabra «genero» hasta en la sopa. Y siempre me ha chirriado. Aquí una pequeña explicación para que veamos que lo correcto sería usar «sexo». Pero claro, parece que decir sexo es tabú.

(Dicho sea de paso, «sexo» es correcto, mientras que «género» no lo es. Género es un término técnico gramatical, que se aplica a las palabras, no a los organismos. En alemán, el género de una muchacha es neutro, pero su sexo es femenino. Los lenguajes amerindios tienen típicamente dos géneros animado e inanimado. La asociación de género con sexo en algunos grupos de lenguajes es fortuita. Resulta gracioso que el eufemismo políticamente correcto —decir género cuando uno se refiere al sexo de cada cual— sea, en consecuencia, un ejemplo de imperialismo occidental.)

Y por otro lado, aquí una explicación para los «antivacunas»: no es que las vacunas sean exclusivamente para llenar el bolsillo de las farmacéuticas y que no sirvan para nada, si no que si todos vacunan a sus hijos menos tú, obviamente tendrás pocas probabilidades de que los peques contraigan la enfermedad. Pero no hay ninguna conspiración ni nada, es simplemente ciencia:

Si quedan sin vacunar menos personas que la «masa crítica», la epidemia no puede iniciarse. (Ésta es también la razón por la que es posible que egoístas que se saltan las normas eviten ser vacunados y aún así se beneficien del hecho de que la mayoría de las demás personas lo han sido.)

Título muy recomendable, aunque a veces se puede hacer algo pesado y te den ganas de pasar varias páginas de golpe.

Título: Destejiendo el arco iris.

Autor: Richard Dawkins

Temas: Divulgación, científico

Puntuación: 

 

Pantano de Sangre

Es curioso que en esta serie todavía no haya incluido ninguno de estos autores (Lincoln y Child), cuando creo que me he leído todo lo que han sacado, tanto juntos como por separado. Será que, para cuando he comenzado a comentar lo que leo, ya los había devorado todos. Pero hace poco cayó en mis manos este Pantano de Sangre.

La novela tiene como protagonista al excéntrico investigador del FBI Aloysius X. L. Pendergast, que se encarga en esta ocasión de investigar un suceso que ocurrió 12 años atrás. Y en el que se vio involucrado personalmente. Demasiado personalmente, así que ahora, cuando un suceso fortuito le da nuevas pistas sobre el caso, se mete en él hasta por completo, pasándose por alto muchas leyes y normas. Más de lo normal.

Como suele ser habitual, cuenta con la colaboración del inspector de la policía de Nueva York y amigo, D’Agosta.

También hace una aparición la siempre intrigante, y en este caso más incluso, Constance Greene, su pupila, a la que dejamos en  «El Círculo Oscuro» reposando en un recóndito monasterio en las alturas de las montañas del Tibet, para revelar a su protector que va a sufrir una traición muy dolorosa.

Por lo visto, éste es el primer episodio de una trilogía, que continúa en Sangre Fría y Dos Tumbas, éste último aún inédito.

Después de comentar un poco de qué va el libro sin desvelar ninguno de sus secretos (qué difícil es, por cierto), ahora toca comentar la novela en sí, no la historia. Si nunca has leído un libro de estos autores, recomiendo no empezar por este, ya que, aunque no abusan de ello, se hacen algunas referencias a experiencias pasadas y se dan bastantes temas por supuestos, así que lo mejor sería empezar por el principio, que es  «El Relicario».

El libro, para bien o para mal, no nos trae ninguna sorpresa: si nos gustan el estilo de los anteriores, éste igual. Lo que no es poco para llevar unos cuantos escritos. Así, por ejemplo, con Clive Cussler me cansé al de 2 libros . Con éstos, por el contrario, todavía aguanto.

Por cierto, que el título se refiere a un pantano de la américa profunda que visitan, no es que a Pendergast se le vaya «la pinza» y el libro se convierta en un slasher… que tampoco estaría mal, por otro lado, para variar más que nada.

Título: Pantano de Sangre.

Autor: Douglas Preston y Lincoln Child

Temas: Thriller, Policíaco

Puntuación: 

Trilogía vampírica

Como me suele pasar muy a menudo últimamente, me he encontrado con estas joyas de casualidad. Y no, no temáis, que no tienen nada que ver con Crepúsculos ni cosas de esas.

Por suerte.

Las novelas, a pesar de tratar de vampiros no pertenecen al género del terror, si no que se decantan por el humor. Negro, eso sí, y a veces un poco «subido de tono», pero humor al fin y al cabo.

La historia trata sobre las vivencias de Jody, una chica a la que ataca un vampiro y la «une al club», y de un joven que llega a San Francisco proveniente de la américa profunda, conoce a la vampiresa y comienza una historia de amor. El único problema es que él desconoce que la chica que acaba de conocer tiene un poco de alergia al sol y esas cosas que les suele pasar a los vampiros. Ahí comienzan un montón de peripecias, más que nada porque como su «ama de la noche» es una vampiresa reciente,  tienen que ir descubriendo qué hay detrás de los mitos que todos damos por supuesto al hablar de los vampiros: cuáles son ciertos y cuáles son una simple invención literaria.

Como he comentado, está todo contado en clave de humor, a ratos negro, a ratos picante, a ratos sin sentido, como una especie de mezcla entre Terry Pratchett y Faemino y Cansado, si es que eso se puede juntar sin que pase nada raro.

La historia, aunque con el primer libro podría cerrarse (como suele pasar, creo yo, con muchas historias que al no saber si van a funcionar, la primera entrega suele dar la posibilidad de «dejarlo ahí» sin mayor problema) se compone de 3 volúmenes. Pero se leen casi de una sentada, ya que son muy amenos y con no muchas páginas. Vamos, que no es una Canción de Hielo y Fuego.  Y, también como suele suceder, aunque todos son muy entretenidos y mantienen el nivel, el tercero (para mi gusto) es un poco «menor». Así, mejor que la media, así que resumiendo: muy recomendable. Eso sí, tened cuidado porque la publicación en España ha sido un poco… caótica. Vamos, que sacaron primero el segundo, luego el primero y acabaron por el tercero, creo recordar, así que aseguraos del orden, que importa.

Autor: Christopher Moore

Temas: Humor, vampiros

Puntuación: , ,