di(h)abladurías

Ahora, el tema del diabliccionario parece que está pasando a mejor vida, aunque afortunadamente siguen sacando de tarde en tarde alguno de sus palabros, pero por otro lado, están mezclando cierta picardía con un poco de ingenuidad infantil y parte de los malentendidos propios de los niños para amenizarnos los días. Y como no podía ser de otra forma, de muestra unos botones.

diablilla menor – ¿Cómo te llamas?

se lo pregunta a su madre, a mi MR. Y es que ahora está en esa época en la que hace preguntas de las que sabe la respuesta, para ver qué la contestas. Y puede hacer la misma pregunta muuuuchas veces, como era este caso.

MR- Me llamo L.

contesta con el nombre de nuestra diablilla, ya que no era la primera (ni la segunda, ni la tercera,…) vez que llo preguntaba

dm – mmmmm no, no tienes cara de L. Tú tienes cara de amatxu.

 

Diablilla Mayor – cómprame algo, cómprame algo, cómprame algo, cómprame algo, cómprame algo, cómprame algo, cómprame algo, cómprame algo, cómprame algo, cómprame algo,…

Y así unas 245 645 veces más. La explicamos que no, que no la íbamos a comprar nada y que bla bla bla bla (eso parece que era lo que nos entendía, porque seguía con su «cómprame algo»). Entonces la diablilla menor, poniendo cara de cameladora, o de niña buena (o intento) nos dice:

diablilla menor – Yo no quiero que me compréis nada, papachoto.

 

Y sí, lo de papachoto lo ha copiado de la mayor. Aunque bueno, ahora, la brujilla, cuando me ve aparecer con la muleta, cojeando, dice entre risas: «Ya está aquí el cojito» La joía, con 3 añitos recién cumplidos y ya se lo pasa así de bien a costa de su padre.