Y otra, y otra, y otra, y otra,…

Preguntas que me asaltan en medio de la noche, cuando no puedo dormir antes de dormir (por si acaso lo lee alguien que me conoce):

– ¿Cuántas veces seguidas se puede ver una película de dibujos animados de disney antes de quedarse sin neuronas?
– ¿cuántas reproducciones de un mismo fichero aguanta un disco duro multimedia?
– ¿por qué cuantas más veces ve un niño una película, más veces quiere volver a verla?

Por lo menos, gracias al p2p a las tiendas de películas puedo variar cada cierto tiempo de martirio. Aunque no tanto como me gustaría:

– Papacho, ¿me pones una peluquería?
– No, otra vez no. ¿Dónde estan los cortes de luz cuando se les necesita?
– ¿Qué?
– Nada hija, que qué película quieres.
– Cablanieves.
Son las 8 de la mañana. Es sábado y ya nos hemos levantado, desayunado y recogido todo. Lo último que vimos ayer antes de ir a la cama fue a «Cablanieves» bailando con los enanitos.
5 veces.
Porque además, es el único trozo que la gusta, cuando están todos juntos bailando, así que tengo que, primero pasar todo lo anterior hasta ese momento, y luego darle para atrás.
– ¿No prefieres ver esta?
Intento fallido de ver alguna otra de las que tengo, como cars, buscando a nemo, up, shrek, el libro de la selva,…
– No, esa es para mayores
– ¿Y esta?
– No, esa es para mayores
– ¿Y esta?
– No, esa es para mayores
– ¿Y esta?
– No, esa es para mayores
– ¿Y esta?
– No, esa es para mayores
-…
– Vale, te pongo a Blancanieves.

Eso sí, estoy apuntando todas y cada una de las veces que estamos viendo estas películas. Cuando crezca lo va a flipar: ¿habéis visto «La Naranja Mecánica«?