Conversaciones en una dimensión para-lela

Una de las múltiples conversaciones telefónicas que suelo tener con cierta usauria. Generalmente es una por semana, aunque hay ocasiones en las que tenemos la inmensa suerte que nos molesta varias veces seguidas. Porque sí, porque ella lo vale.

– Hola – (silencio en la línea)
– Hola – no, otra llamada de C no, por favor, que la neurona que se encarga de calmar a las demás está de vacaciones.
Pasan unos segundos, creo que está intentando asimilar qué significa mi saludo.
– Tú no eres L.
– No
Gran apreciación. L es una mujer. Mi voz, aunque no soy el más indicado para definirla, creo que no se puede clasificar como femenina. Pero ya estoy acostumbrado.
– ¿L no está?
– Sí, pero como te he dicho alguna vez, compartimos teléfono, así que unas veces coge ella y otra cojo yo. Ahora te paso con ella
Sí, se lo he comentado «alguna» vez. Cada vez que llama, mínimo una vez a la semana durante varios meses. En fin.
– No, no, si no quiero hablar con ella. ¿Está T?
– Es que este no es el teléfono de T.
– Ya, es que os he llamado a vosotros. ¿Me puedes pasar con T?
– ¿Y no puedes llamarle directamente?
– Es que a veces no está.
– Ya, pero si no está, tampoco te vamos a poder pasar con él.
– Bueno, pero vosotros le véis si está o no.
– Sí, pero si le llamas y no te coge, es porque no está o no puede cogerte, y en ninguno de los casos te podemos pasar con él.
– Ya, es que le he llamado y no me cogía, y era para que me pasases con él.
– Pero es que no está, por eso no te coge el teléfono.
– ¿Y no me puedes pasar con él?
– Que no está.
– Vale, pues ya os llamo luego.
– No, a nosotros no, por favor, llámale a él.
– Pero ¿y si no está?
– Tranquila, que si se va a ir, le digo que se lleve el teléfono.
Es un teléfono fijo. Igual que el de C. Todos tenemos el mismo teléfono.
– Ah, vale.

Y sí, ese es mi trabajo como informático. Aunque casi lo prefiero, porque cuando hace preguntas relacionadas con aplicaciones tengo que contenerme para no ir a su puesto de trabajo y comprobar esa teoría que dice que dos cuerpos (su cabeza y la pantalla) no pueden ocupar el mismo espacio físico.